El Caso en Contra de Los Transgénicos
El Caso en Contra de los Transgénicos:
Bueno, mejor dicho, -loS casoS- porque hay muchos.
En el post de hoy, hablaré de algunas de las muchas razones por las que debemos evitar los transgénicos y también por qué hay que luchar para que todo el mundo se entere de la destrucción que están causando en la salud del Planeta y la de todos los seres que lo llaman su hogar (humanos incluidos!).
Sin embargo, el tema de los transgénicos no sólo tiene que ver con la salud de la Tierra y sus habitantes.
Es un tema de poder. Tiene que ver con quién le vamos a dar el poder sobre el futuro de nuestra alimentación, y por ende, el futuro del mundo. Yo preferiría que ese poder estuviera en nuestras manos y NO en las manos de una cuántas grandes corporaciones como Monsanto. Que rechacemos los transgénicos es de suma importancia para los que quisiéramos recuperar el poder sobre nuestras propias elecciones alimenticias. Retomemos la responsabilidad por el bienestar de la Pachamama que tenemos cada uno de nosotros como sus hij@s.
“¿Es más fácil curar el suelo enfermo que la gente enferma, cuál de las 2 opciones escogeremos? – Dr. Charles Northern, 1936
1) El suelo está vivo. ?
Antes de discutir los peligros de los GMOs (organismos genéticamente modificados), primero tenemos que aceptar un hecho fundamental: ¡que el suelo está vivo! ¡Más que vivo, está RE-vivo! “En cada cucharadita de tierra sana, hay más organismos vivientes que personas en el mundo” (1). Nuestra habilidad de sobrevivir encima de la tierra, depende totalmente de la salud de los ecosistemas dentro del suelo, bajo nuestros pies.
Un ecosistema enfermo abajo (o sea,dentro del suelo) resultará en un ecosistema enfermo arriba también. Una deficiencia nutritiva en el suelo significa que también habrán deficiencias en las plantas, los animales, y las personas que viven encima de ello. Dicho de otra manera, suelo sano es vida sana. Y la salud del suelo es exactamente lo que malogran los cultivos transgénicos.
2) ¿Qué son los transgénicos?
Los transgénicos son organismos genéticamente modificados (GMOs en inglés); son plantas o animales que han tenido materia genética de OTRA ESPECIE inyectada en su propia genoma. Este proceso de inyectar los genes de una especie a los genes de otra se llama transgénesis, y ocurre dentro de un laboratorio, no en una granja.
Un ejemplo de cultivo transgénico es Maíz Bt (Bt Corn). Para poder producirlo, un científico inyecta los genes de una bacteria del suelo en los genes de la maíz. Esa combinación de genes hace que la maíz modificada genéticamente se vuelva capaz de producir su propio insecticida para matar los vichos que le intentan comer. La mayoría de los transgénicos son manufacturados también para ese mismo propósito: MATAR.
Otros muchos cultivos transgénicos están modificados para ser “Roundup ready.” Roundup es el nombre de la marca del herbicida más utilizado en el mundo (fabricado por Monsanto). Su ingrediente activo es el glifosato, un veneno tóxico. Los cultivos transgénicos que son “Roundup ready” han sido manipulados para no morir cuando se les echan Roundup. Para que un cultivo transgénico sobreviva, casi todo lo demás a su alrededor tiene que morir. El herbicida Roundup mata no solamente a la maleza alrededor de la planta, sino también a todos los microbios en el suelo dónde la planta crece.
Empresas como Monsanto (la que produce los cultivos transgénicos “Roundup Ready” Y también el herbicida Roundup) proclaman que la tecnología de los transgénicos está aumentando el rendimiento global de las cosechas agrícolas y por ende, es la única opción para alimentar la creciente población humana en la Tierra. Gente como la estimada Dra. Vandana Shiva, han discutido exitosamente esa reclamación. Sin embargo, incluso si fuera verdad que los cultivos transgénicos aumentaran la producción agrícola, sigue siendo una perspectiva muy miope de la vida (“mata todo” “cantidad sobre calidad”); una perspectiva que no considera los efectos a largo plazo de lo que significaría suelo muerto/ tierra muerta para la agricultura y todos que dependemos de ella (ZERO COSECHA).
El mismo paradigma que nos trajo el era de los antibióticos (anti vida) y la guerra contra los “gérmenes,” es el mismo paradigma que nos trae ahora los transgénicos y sus compañeros (herbicidas, pesticidas, insecticidas). Las bacterias, los hongos, y los demás microbios que se encuentran hoy en el Planeta han estado aquí muchoooooo más tiempo que nosotros y estarán aquí muchoooooooo después de que nosotros terminemos de ser especie. Intentar matarlos a todos ellos no solamente es un esfuerzo inútil sino también es algo casi cómico por lo imposible que es. Se necesita un cambio de perspectiva y un cambio en cómo relacionamos con nuestros hermanos, los microbios!
¿No es que los humanos llevan miles de año manipulando la genética de las plantas?
No. Durante la mayoría de la historia humana, no hemos modificado genéticamente las plantas (a pesar de lo que te contarán los políticos que comparten bolsillo con Monsanto). Es cierto que llevamos haciendo desde el alba de la agricultura “la crianza selectiva” lo cual significa que escogemos y luego reproducimos las plantas con mejores características (por ejemplo: adaptadas al clima local). En la crianza selectiva, trabajamos CON y no en contra de la Naturaleza.
La modificación genética ocurre en un laboratorio, no el campo y por un científico, no un granjero.
3) ¿Por qué son malos los transgénicos?
-
- ? Los transgénicos deterioran la tierra al alterar los ecosistemas que hay dentro de ella. Los herbicidas, pesticidas, e insecticidas utilizados sobre los cultivos transgénicos, no matan con selectividad; matan a todo menos el cultivo transgénico.
- ? Los transgénicos destruyen la biodiversidad, tanto en los ecosistemas del suelo como en los ecosistemas encima de la tierra también. Es más, una chacra de cultivos transgénicos siempre será una chacra de monocultivos. Pero si miramos a los patrones de la Naturaleza, jamás veremos un monocultivo en el mundo natural. Es un invención del hombre que no es nada sostenible.
- ? Los cultivos transgénicos tratados con pesticidas que matan a los bichos y las hierbas del suelo, también matan al “suelo” de nuestros intestinos. Cada uno de nosotros tiene más de 100 mil millones de microbios que viven dentro y encima del cuerpo. Cuando comemos alimentos transgénicos (y también los que no son transgénicos pero que han sido tratados con pesticidas), dañamos a este mundo microbiano llamado el microbioma. Un microbioma enfermo está relacionado con enfermedades tan diversas desde la obesidad y la diabetes hasta el Alzheimer´s y otros trastornos de la salud mental (2).
- ? El glifosato nos está enfermando. Dr. Stephanie Seneff, un investigador y científico en MIT, cree que el uso extendido del herbicida “Roundup” (glifosato) contribuye directamente al masivo aumento en condiciones como el autismo y la sensibilidad al gluten que vemos tan a menudo en la población de hoy. Muchos otros científicos, también están cuestionando el gran experimento global que es el cultivo de los transgénicos.
4) ¿Cómo evitar los transgénicos?
-
- ? Busca la etiqueta “No-GMO” en los productos (en EEUU), certificados por esta organización ➡️ http://www.nongmoproject.org/. En otros países, averigua si tienen una fundación similar que etiqueta los alimentos “No-GMO” (no transgénico).
- ? Compra orgánico. ¡Pero ten cuidado! Que un ingrediente sea orgánico (y/o el paquete te lo vende como orgánico y natural), no quiere decir que todos los ingredientes son orgánicos. Para asegurarte de que sean libres de GMOs, compra 100% orgánico (que TODOS los ingredientes sean orgánicos).
- ? Conoce a tu granjero. Visita las granjas de las que compras tus alimentos. Mira sus sistemas de agricultura. Pregúntales sobre las prácticas que usan. Los granjeros que están haciendo buen trabajo les encanta que la gente tome más interés en la agricultura hecha de manera responsable. La transparencia es muy importante para un sistema alimentario sano.
- ? Evita totalmente los alimentos que suelen ser transgénicos: soya, canola, remolacha azucarera (sugar beets), los lácteos producidos industrialmente, el azúcar no orgánico, papaya de Hawaii. Básicamente hay que evitar todo comida procesada ya que la gran mayoría de ella contiene al menos uno de estos ingredientes. Cocina en casa con alimentos orgánicos de la región en que vives y lo que tu mism@ has comprado y preparado.
- ? Ten tu propio huerto y siembra en ello semillas “heirloom” (semillas de herencia). Aunque las semillas no están etiquetadas de “GMO” o “No-GMO”, es muy probable que las variedades de herencia no sean genéticamente modificadas. Además, sembrando verduras, frutitas, y hierbas en casa, ahorrarás bastante platita y estarás más tiempo fuera en los elementos, ¡lo cual siempre viene bien!
Pensamientos finales – ¡Hay esperanza!
Mi propósito de escribir este post no era para asustarte o hacerte sentir deprimido. Al contrario, espero que te haga sentir empoderad@ y preparad@ para actuar como agente de cambio en nombre de la Madre Tierra. Al final, las grandes corporaciones nos están escuchando a nosotros, los consumidores. Si demandamos más comida orgánica y menos alimentos transgénicos, nos suministrarán más orgánico y menos transgénico. El Dr. Lincoln P. Brower escribió, “…..estas empresas (como Monsanto) están convirtiendo la mundo natural a un mundo biológicamente empobrecido…..” (3).
Pero nosotros podemos cambiar eso y ayudar a que se acabe la destrucción de la biodiversidad del planeta. Cada vez que compramos alimentos que son locales, orgánicos, y producidos sosteniblemente, estamos votando por un planeta biológicamente diverso. Nuestras elecciones cuentan. Cada una de ellas. Nunca lo olvides.
Por favor comparte esta información por todas partes.
Salud para todos,
Katita
Comparte este post en Pinterest.
(1) pg. 5, “Cows Can Save the Planet” por Judith Schwartz
(2) Para más información, lee el libro “Alimento tu Cerebro” por Dr. David Perlmutter
(3) “Monsanto vs. The World” por Jason Louv